El antiguo colegio de San Ignacio es un gran edificio, situado en la actual Vía de Sant Ignasi de Manresa, que acomodó la primera academia jesuita de Manresa. El colegio se fundó en 1625 por el noble aragonés Lupercio de Arbizu, pocos años después de la llegada de la Compañía de Jesús a la ciudad. Se trataba de la segunda escuela jesuita fundada en Cataluña, después del colegio de Belén, en Barcelona.
En sus inicios, el colegio se ubicó en dependencias del antiguo hospital de Santa Llúcia. El edificio actual se construyó alrededor de la década de 1750, experimentando numerosas ampliaciones a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Su parte más genuina es el claustro porticado con arcos de medio punto, de estilo austero situado en transición entre el barroco y el neoclásico.
La Compañía dirigió el colegio hasta 1892. Funcionaba como centro de enseñanza media, especializado en los estudios humanísticos propios de los jesuitas como latín, gramática, retorica o filosofía, entre otras. El comedor, la sala de actos y las aulas se situaban en el piso inferior, mientras que las estancias del profesorado y los alumnos se situaban en los pisos superiores. En 1892, el Ayuntamiento de Manresa requisó las instalaciones de la escuela, culminando un siglo de graves tensiones entre la Compañía de Jesús y las autoridades locales.