La capilla de la Mare de Déu de la Guia (Virgen de la Guía) es una sobria ermita situada a la orilla derecha del río Cardener, a los pies de la colina de Santa Caterina. Conocida antiguamente como el “oratorio de Na Bastardes”, se erigió a mediados del siglo XVI. Originalmente se situó a los pies del pont Vell, donde llegaba el camino que unía Manresa y Montserrat. A un lado del oratorio se construyeron la casa del ermitaño y una cruz de término o de humilladero que ha acabado dando nombre al conjunto arquitectónico. Caminantes y viajeros de todos los tiempos solían encomendarse a la divina protección de la Virgen de la Guía, patrona de pelegrinos, correos y mensajeros.
Según recoge la tradición popular oral y escrita, el conjunto de la Guía fue el primer lugar propiamente manresano que San Ignacio de Loyola visitó justo antes de atravesar el Cardener. Asimismo, algunos testimonios de la estancia del futuro santo a Manresa narran un hecho excepcional relacionado con la cruz de término que había al lado de la ermita. Según dichas crónicas, el día 25 de marzo de 1522, coincidiendo con la fiesta de la Anunciación, San Ignacio habría experimentado una visión mientras descansaba a los pies de dicha cruz.