El Pont Vell (Puente Viejo) es un puente de ocho arcos y medio que cruza el río Cardener a la entrada suroeste de Manresa. Los cimientos de sus arcos centrales tienen sus orígenes en el siglo XII, aunque tradicionalmente se consideraba que su origen se podría remontar a finales de la época romana. El puente tomó su forma actual entre los siglos XII y XIV, durante una reforma general que se dio en plena época de expansión económica y de población.
Aunque sobrevivió a las numerosas guerras que asolaron el territorio entre los siglos XV y XIX, fue destruido en 1939, coincidiendo con la retirada de las tropas republicanas hacia los Pirineos. Su reconstrucción se dio entre 1960 y 1962, guardando su perfil y sus formas anteriores. Junto con la basílica de La Seu y el santuario de la Cueva de San Ignacio, conforman una de las imágenes panorámicas del paisaje manresano.